El pasado 11 de octubre se estrenó en todos los cines Frankenweenie, una nueva apuesta de Disney creada por el genio creativo Tim Burton. Culpable de otros éxitos como “Alicia en el país de las maravillas” o “Pesadilla antes de Navidad”.
Víctor es un niño que tiene una relación muy estrecha con Sparky, su perro y mejor amigo. Tras la muerte trágica de Sparky, a Víctor no le quedará otro remedio que poner en práctica todo lo aprendido en el colegio sobre los impulsos eléctricos de los músculos. Así, intentará revivir a su adorada mascota con un éxito sorprendente.
A pesar de que la familia de Víctor acepta este regreso, los vecinos no. El perro produce miedo, no es un perro normal. Por este motivo Víctor intentará por todos los medios ocultar su creación, pero Sparky se las arregla para salir, algo que traerá consecuencias bastante negativas tanto para el perro resucitado como para su dueño.
La película, realizada con una técnica de fotograma a fotograma, se rodaría en blanco y negro para posteriormente ser pasada a 3D.
Lo que no sabe todo el mundo es que Frankenweeine es el remake de un mediometraje, de unos 35 minutos aproximadamente que se filmó en 1984, en blanco y negro, y que fue dirigido por el mismo Tim Burton. Este mediometraje, con actores reales, intentaba parodiar la novela de Mary Shelley, Frankesteins.
Entre esos primeros personajes aparecían nombres de actores como Barret Oliver (Víctro Frankestein), el niño que interpretó a Bastián en la Historia interminable, Daniel Stren, Shelley Duvall o la mismísima Sofía Coppola.
Casi 30 años después, el director de esta obra se inspiraría nuevamente en ella para producir una película de animación para niños. Una película que en poco tiempo pretende batir records de recaudación, aprovechando las próximas fiestas navideñas.
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