Destino es el nombre que recibió el guión en el que trabajaron codo con codo el gran artista Salvador Dalí y Disney. En 1946, durante más de seis largos meses, estrecharon fuerzas e ingenio para crear una delicada y hermosa pieza. Pieza que no tendría la suerte de salir a la luz hasta mucho más tarde.
A pesar de que el trabajo, que hoy por hoy podemos apreciar, cuenta con una belleza incuestionable, lo cierto es que tras la Segunda Guerra Mundial, The Walt Disney Company tuvo bastantes problemas económicos. Este traspié financiero obligó a que el cortometraje, con ciertos tintes surrealistas, quedara guardado en el cajón de los proyectos inacabados de Disney por considerarse “no viable”.
En un último intento, el guionista del estudio Disney John Hench (encargado de realizar el guión original de la película de animación) presentó al estudio un corto de 18 segundos con algunas imágenes que transmitían la esencia del proyecto. No obstante, era demasiado tarde. El estudio no estaba por la labor de apostar, por lo que Destino quedaría congelado durante un largo letargo.
A pesar de ello, parece que el propio destino se habría fijado en esta pequeña obra, pues lo cierto es que en 1999, cosas de la vida, uno de los sobrinos de Walt Disne, Roy E. Disney, descubrió esta joya mientras trabajaba frenéticamente en Fantasía 2000.
El amor surgió, y Roy E. Disney decidió apostar por la obra inacabada. Un equipo de aproximadamente 25 animadores se encargaría de descifrar los guiones de Dali y Hench, terminando la producción a cargo de Baker Bloodworh. Bajo la dirección del animador francés Monfréy Dominque la pieza de animación saldría a la luz el 2 de junio de 2003 en el Festival Internacional de Cine Animación de Annecy.
El corto dura unos 6 minutos, y nos cuenta al más puro estilo Dalí la historia de amor entre Cronos y una mujer mortal. La figura y silueta de esta preciosa dama se mueve a través de un paisaje completamente surrealista que se inspira en las pinturas de Salvador Dalí. La danza de la joven está acompañada de la música del compositor mexicano Armando Domínguez.
Después de casi sesenta años Destino fascinó al público y la crítica. Fue nominado al Premio de la Academia al mejor cortometraje animado y desde ese momento ha sido proyectada en numerosas exposiciones dedicadas a Dalí.
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